Trilogía de Roma, por Santiago Posteguillo
Compuesta por las novelas Escipión, el hijo del cónsul, Las Legiones Malditas y La Traición de Roma, esta monumental obra de Posteguillo consigue atraer la atención del lector de manera que hace por momentos difícil dejar su lectura.
El autor cuenta en detalle episodios conocidos de las vidas de los personajes importantes de la Roma del siglo III a.c., Escipión, su padre Publio, su tío Cneo, su hermano Lucio, Quinto Fabio Máximo, Catón el Censor, Aníbal, sus hermanos Asdrúbal y Magón, y su general Maharbal, y ficciona otros para darle a sus libros un viso de realidad versosímil.
Para esto, Posteguillo hace uso de numerosas fuentes de la época y de autores clásicos, como Plutarco, lo que pone en evidencia que se mueve cómodamente en el período histórico mencionado. Si bien la caracterización de los personajes está muy bien construída, tiene a veces la tendencia a un cierto maniqueísmo (que se verá más acentuada en obras posteriores).
Las descripciones de las batallas claves, como Cannae, Zama y Magnesia son uno de los grandes aciertos del libro y revela también un profundo estudio de la historia militar no sólo de Roma sino de los otros pueblos que protagonizan las novelas. No se detiene sólo en la táctica y la estrategia, sino que nos presenta el detalle los uniformes y las armas de las legiones romana y de las tropas que componían el ejército de Aníbal.
Igualmente bien logrados en el texto son los problemas personales y los conflictos políticos en ambos lados de la narración, Roma y Cartago. Celos, traiciones, victorias que se transforman en derrotas, atraviesan los tres libros para explicar, con gran acierto, miserias de la lucha por el poder, tan comunes en todas las épocas.
De prosa cuidada y clara, la trilogía se hace fácil de leer, aunque algunos tramos son más aptos para el lector que conoce de historia romana que para el lego. Posteguillo consigue mantener la atención sin sacrificar el ritmo de la acción ni el nivel de tensión dramática.
Para los amantes de la novela histórica la Trilogía es una obra de lectura muy recomendada, además de educar en las cuestiones más difíciles como la vestimenta de la época, las costumbres sociales, los ritos religiosos, etc.
El autor cuenta en detalle episodios conocidos de las vidas de los personajes importantes de la Roma del siglo III a.c., Escipión, su padre Publio, su tío Cneo, su hermano Lucio, Quinto Fabio Máximo, Catón el Censor, Aníbal, sus hermanos Asdrúbal y Magón, y su general Maharbal, y ficciona otros para darle a sus libros un viso de realidad versosímil.
Para esto, Posteguillo hace uso de numerosas fuentes de la época y de autores clásicos, como Plutarco, lo que pone en evidencia que se mueve cómodamente en el período histórico mencionado. Si bien la caracterización de los personajes está muy bien construída, tiene a veces la tendencia a un cierto maniqueísmo (que se verá más acentuada en obras posteriores).
Las descripciones de las batallas claves, como Cannae, Zama y Magnesia son uno de los grandes aciertos del libro y revela también un profundo estudio de la historia militar no sólo de Roma sino de los otros pueblos que protagonizan las novelas. No se detiene sólo en la táctica y la estrategia, sino que nos presenta el detalle los uniformes y las armas de las legiones romana y de las tropas que componían el ejército de Aníbal.
Igualmente bien logrados en el texto son los problemas personales y los conflictos políticos en ambos lados de la narración, Roma y Cartago. Celos, traiciones, victorias que se transforman en derrotas, atraviesan los tres libros para explicar, con gran acierto, miserias de la lucha por el poder, tan comunes en todas las épocas.
De prosa cuidada y clara, la trilogía se hace fácil de leer, aunque algunos tramos son más aptos para el lector que conoce de historia romana que para el lego. Posteguillo consigue mantener la atención sin sacrificar el ritmo de la acción ni el nivel de tensión dramática.
Para los amantes de la novela histórica la Trilogía es una obra de lectura muy recomendada, además de educar en las cuestiones más difíciles como la vestimenta de la época, las costumbres sociales, los ritos religiosos, etc.