Atonement, por Ian McEwan
La historia comienza en 1935 en una mansión inglesa, donde una joven llamada Briony Tallis ve algo que cambiará su vida y la de su familia para siempre. La narrativa salta entre el pasado y el presente, mostrando la evolución de los personajes y cómo se ven afectados por los acontecimientos que se desarrollan.
McEwan escribe con una prosa poética y evocadora, que se desliza con facilidad sobre el lector. La descripción de las emociones y sensaciones de los personajes es tan detallada y realista que es fácil imaginar los acontecimientos en su mente. El autor también toca temas universales como la guerra, la justicia y la identidad, lo que hace que la novela sea más profunda y significativa.
El desarrollo de los personajes es excelente, con cada uno teniendo su propia voz y personalidad distinta. La protagonista, Briony, es un personaje complejo y contradictorio, que es igualmente difícil de amar y de odiar. El amor que se desarrolla entre los personajes secundarios, Robbie y Cecilia, es verdadero y conmovedor, y su relación es una parte importante de la trama.
Ambientando en los años previos a la 2a Guerra Mundial, y su posterior desarrollo, la decisión infantil de Brione produce la tragedia de los enamorados. La segunda parte, que narra la historia de Robbie durante la retirada británica de Dunkerque, es una lección magistral de cómo escribir un texto.
En general, Atonement es una novela imprescindible para aquellos que disfrutan de una buena historia de amor y una narrativa bien escrita. McEwan ha logrado crear una obra de arte literaria que atrapará al lector desde la primera página hasta la última. Esta es una novela que se disfrutará y se recordará durante mucho tiempo.